Hace ya algún que otro año, me recuerdo correteando por el patio de mi colegio, “El Gala”, comiendo en su ya desaparecido comedor, jugando en lo que antes era campo y ahora edificios y pabellón, aguantando más de una y de dos eternas reuniones de profesores/as, las cuales no llegaba a comprender, pero que de alguna extraña forma debieron calar en mi persona.
Desde luego es una época que recuerdo con tremendo cariño, por todo lo que este colegio y sus profesores me aportaron, por los sentimientos que lograron desencadenar en mi interior, por descubrirme de la mano el mundo que me esperaba, en definitiva, por contribuir en formar lo que fui siendo en años posteriores y lo que soy hoy en día.
Luego la vida continuó, y me llevó a diferentes lugares, nuevas etapas o escalones que hube de superar hasta que un día el tiempo y el azar me empujaron nuevamente a ese cálido lugar de mi primera infancia, el Antonio Gala.
Era el mismo entorno, desde luego algo cambiado, pero en esencia todo continuaba teniendo el mismo aroma que desde los 3 años pude percibir por primera vez.
Sin embargo la situación no era la misma, ahora era yo uno de esos profesores/as que tenía la complicada misión de hacer sentir a los alumnos/as, como mínimo igual de bien de lo que yo me pude sentir en esas clases y en ese recreo.
El reto era y continúa siendo grande, abismal diría yo. Pero desde luego no me faltan el ánimo y el deseo de ayudar a nuestros alumnos y alumnas a crecer y que lleguen a ser lo que realmente ellos hayan decidido ser, después de haber reído, llorado, enfadado, corrido, saltado, bailado, disfrazado… con ellos.
Desde luego es una época que recuerdo con tremendo cariño, por todo lo que este colegio y sus profesores me aportaron, por los sentimientos que lograron desencadenar en mi interior, por descubrirme de la mano el mundo que me esperaba, en definitiva, por contribuir en formar lo que fui siendo en años posteriores y lo que soy hoy en día.
Luego la vida continuó, y me llevó a diferentes lugares, nuevas etapas o escalones que hube de superar hasta que un día el tiempo y el azar me empujaron nuevamente a ese cálido lugar de mi primera infancia, el Antonio Gala.
Era el mismo entorno, desde luego algo cambiado, pero en esencia todo continuaba teniendo el mismo aroma que desde los 3 años pude percibir por primera vez.
Sin embargo la situación no era la misma, ahora era yo uno de esos profesores/as que tenía la complicada misión de hacer sentir a los alumnos/as, como mínimo igual de bien de lo que yo me pude sentir en esas clases y en ese recreo.
El reto era y continúa siendo grande, abismal diría yo. Pero desde luego no me faltan el ánimo y el deseo de ayudar a nuestros alumnos y alumnas a crecer y que lleguen a ser lo que realmente ellos hayan decidido ser, después de haber reído, llorado, enfadado, corrido, saltado, bailado, disfrazado… con ellos.
Ahora que he vuelto a mi colegio después de tantos años, lo he hecho para educar, pero después de tres años ya haciéndolo me he podido dar cuenta de que “El Gala”, mi colegio, nunca me dejará de enseñar.
Álvaro Oliver Gómez
Maestro y Antiguo Alumno del Colegio Antonio Gala
Maestro y Antiguo Alumno del Colegio Antonio Gala
Álvaro me gusta mucho más el formato, el colorido y el tamsño de las letras del blog. Poco a poco se va mejorando.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Paco Adarve
El lenguaje, el sentimiento, las emociones, la expresión, el colorido, la música, la selección del vocabulario, la maestría en el uso de los recursos lingüísticos, el quiebro del llanto y la directa verticalidad de las raíces...pero...¿quienes han sido los profesores de Lengua de este muchacho? ¿cuántos años de dedicación resignada, muda, gratuita y sin alardes han sido necesarios para tamaña obra de ingeniería humana-lingüística?
ResponderEliminar¿En qué familia de hondas raíces cristianas creciste y con qué amistades puras y francas te fusionaste?
En fin, quillo, que me encanta el blog, que, desde ahora, sin que tú me lo digas, será tan mío como tuyo; será porque el roce, el paso del tiempo, la complicidad en tantas materias hace que me sienta profundamente identificado contigo y con todos los que hemos sido capaces de construir esta historia tan bonita y tan real de nuestro Colegio Antonio Gala.
Ojalá que, a partir de ahora, se convierta en un elemento de unión, y también de crítica, de lo que hacemos y de lo que queremos.
Un abrazo galante, galano y hasta galáctico de tu amigo, compañero, ex-profesor de Lengua y Educación Física, ex-maestro José Antonio.
Sé que siempre sentiste tu Cole como tu casa Álvaro, que nos lo comuniques a todos de un modo tan claro y tan lindo, me llena de emoción, y a pesar de que sabes que te quiero y te conozco tanto, me llenas de nuevos descubrimientos cada día.Gracias por el trabajo tan lindo por crear este blog, como una experiencia más a añadir, a las muchas de tu Cole. Pepe Oliver
ResponderEliminarQue orgullo tenerte por sobrino, bonito articulo.Sigue escribiendo asi de bien.TE QUIERO .
ResponderEliminarTus palabras son de agradecer, tu bien lo sabes ya. Nunca te fuiste y ahora que tejes nuestro presente y formarás el futuro, la verdad es que me alegra mucho ver cómo te implicas y aportas al Cole, genial idea la de este blog que espero nos haga comunicar lo que por las prisas del día a día nos resulta tan complicado. Doy por seguro que llegarás lejos y nosotros ... encantados de verte "asumiendo responsabilidades". Sabes que me encanta ser tu compi y compartir risas y algún que otro quebradero de cabeza. Besos.
ResponderEliminarLuisa