miércoles, 24 de diciembre de 2008

Canción de la buena gente. Bertolt Brecht

Abrimos una nueva sección el día de Navidad. Se titula " a la buena gente", estará dedicada a todas aquellas personas que como dice B.Brecht nos hacen mejores y más sensatos.

Poeta y dramaturgo alemán nacido en Augsburgo en 1898.
Aficionado desde niño a la literatura, escribió en 1918 su primera obra, "Baal". Vivió en Bavaria hasta 1924 donde estudió medicina durante dos años, interrumpiendo los estudios para servir en un hospital de la Armada alemana durante la Iª Guerra mundial.
Exiliado sucesivamente en Dinamarca, Finlandia, Rusia, Estados Unidos y finalmente Suiza.
De esta época datan importantes producciones de corte social y político: "Tambores en la noche" 1922, "La ópera de cuatro cuartos" 1928, "Galileo" 1939,
"La buena persona de Sezuan"1940, "Madre Coraje" 1941 y "La inevitable ascensión de Arturo Ui" 1942, entre otras.
La gran dimensión de su obra dramática y poética sólo fue reconocida en
los últimos años de su vida y ha trascendido hasta la actual generación.
Falleció en agosto de 1956.



A la buena gente se la conoce
en que resulta mejor
cuando se la conoce.

La buena gente
invita a mejorarla, porque
¿qué es lo que a uno le hace sensato?
Escuchar
y que le digan algo.

Pero, al mismo tiempo,
mejoran al que los mira y a quien
miran.
No sólo porque nos ayudan
a buscar comida y claridad, sino, más
aún,
nos son útiles porque sabemos
que viven y transforman el mundo.

Cuando se acude a ellos, siempre se les
encuentra.

Se acuerdan de la cara que tenían
cuando les vimos por última vez.

Por mucho que hayan cambiado
-pues ellos son los que más cambian-
aún resultan más reconocibles.

Son como una casa que ayudamos a
construir.

No nos obligan a vivir en ella,
y en ocasiones no nos lo permiten.

Por poco que seamos, siempre podemos ir a
ellos, pero
tenemos que elegir lo que llevemos.

Saben explicar el porqué de sus regalos,y si después los ven arrinconados, se
ríen.
Y responden hasta en esto: en que,
si nos abandonamos,les abandonamos.

Cometen errores y reímos,
pues si ponen una piedra en lugar
equivocado,vemos, al mirarla,
el lugar verdadero.

Nuestro interés se ganan cada día, lo
mismo
que se ganan su pan de cada día.

Se interesan por algo
que está fuera de ellos.

La buena gente nos preocupa.

Parece que no pueden realizar nada solos,
proponen soluciones que exigen aún
tareas.

En momentos difíciles de barcos
naufragando
de pronto descubrimos fija en nosotros su
mirada inmensa.

Aunque tal como somos no les gustamos,
están de acuerdo, sin embargo, con
nosotros.

Bertolt Brecht

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