viernes, 24 de octubre de 2008

Fundamentalismo y Educación

Si hay alguna rama del saber en donde dos y dos no son cuatro, esa, posiblemente, sea la pedagogía, la educación en general.

Todas y todos los que nos movemos en el terreno del trabajo educativo, sabemos que es muy arriesgado hacer generalizaciones porque ningún niño, ninguna niña, ninguna persona, es igual a otra. Muchas veces los educadores (padres/madres y profesionales) caemos en la tentación de ofrecer lo mismo a todos los alumnos y alumnas pensando que así somos más justos y equilibrados, sin pensar que puede ser precisamente injusto tratar por igual a los desiguales.

¿Por qué planteo esto? Traigo a colación este tema para que me dé pie a tratar otro que está muy relacionado y del que quiero hablar precisamente. Es de la necesidad de apertura y flexibilidad mental de todos/as los que, de una manera u otra, estamos inmersos en el mundo de la educación.

Aunque creo que gran parte del profesorado participamos de los valores de la apertura y de la actitud científica ante la realidad cambiante que es nuestra sociedad y nuestra educación, hay sin embargo, situaciones en que tendemos a sostener los propios conocimientos y formulaciones que aprendimos en nuestros años de estudiantes, como incontrovertibles. A veces, vivimos ciertos planteamientos ideológicos y pedagógicos desde un inmovilismo que nos impide ver lo positivo de las nuevas corrientes pedagógicas.

Los dogmatismos, y de manera especial en Educación, son anticientíficos porque las verdades en ciencias son siempre parciales, provisionales y sujetas a corrección. Para los que se instalan en el dogmatismo pedagógico, (no sólo profesionales, también padres y madres) la estructura social y educativa es algo indiscutible. Todo lo que no se acomoda a lo que siempre hemos hecho es una "anormalidad". Los que así piensan "viven lo dado como lo que debe ser". Tienen un pensamiento esclerotizado condenando por sistema y desde las descalificaciones, todo lo que suponga innovación, apertura y cayendo en un etnocentrismo simplista y reduccionista.

Estas posturas entorpecen el avance científico, social y por consiguiente, pedagógico.

Todos/as tenemos que revisar nuestras posturas para ver en qué medida contribuimos a paralizar la innovación.

Creo que el/la que no busca la verdad es porque se cree en posesión de ella.

El ser humano moderno, está instalado en la constante provisionalidad. Los escenarios en los que estamos insertos cambian constantemente. Hoy nada es igual que ayer. Los avances tecnológicos están provocando cambios profundos en todos los niveles económicos, sociales, políticos, ideológicos,... a los que no podemos ser insensibles ni ignorar si no queremos caer en un ostracismo cavernico1a que nos desautorice moralmente para ejercer nuestras funciones educadoras.

Siempre, pero sobre todo en educación, debemos tener una mente abierta a todo lo bueno y positivo que nos trae el progreso y el desarrollo, abierta al diálogo con otras culturas, con otras filosofías, con otras corrientes pedagógicas, buscando la interacción
dialéctica para que asumiendo lo integrable, podamos hacer nuestra propia síntesis.

Esto supone un esfuerzo por cultivar una actitud científica como estilo de vida que nos aleje de la postura de andar por la vida dando explicaciones esclerotizadas y mágicas.

La actitud científica debe de ser una actitud vital en toda circunstancia y momento de la vida.

Una actitud que lejos de condenar y demonizar a los que plantean los problemas y las propuestas, nos lleve a "desentrañarlas" y a resolverlos con una tensión
interrogativa permanente.

Desde esta posición los errores, cuando los haya, no deben de ser una frustración, sino un estímulo para avanzar. Es necesario cultivar la cualidad de estudiar la realidad sin aferrarse a prejuicios. La actitud científica hace a las personas más personas y más libres.

Pero ni la ciencia ni el que la practica es neutral. La ciencia tiene una intencionalidad por lo que no es posible hacer un trabajo independiente de los valores, la ideología y los sentimientos de cada uno.


Paco Adarve

1 comentario:

Anónimo dijo...

Paco, creo que el presente y el futuro de la escuela, pasa por mas CIENCIA con más CONCIENCIA. La búsqueda del desarrollo humano y de una personalidad libre ,autónoma,crítica,llena de valores humanos,que desaparezcan dogmas y tenga un a búsqueda de renovación continúa. Que promueva unos conocmientos basados siempre en la ciencia, y una ética civil, que pueda ser asumida por la mayoría de las personas.Pepe O.

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