No me conformo
CARTAS AL DIRECTOR.El País. 29.12.2012
No me conformo. Creo que son de las últimas palabras pronunciadas a mi familia cuando decidí ser una emigrante. Y es que la cultura semicatólica de nuestro país sigue patrocinando la conformidad como réquiem aunque se han olvidado que muchos de los jóvenes ya no comulgamos. Tras años de duro esfuerzo académico, máster, tesis y demás ejercicios de titulitis, no me conformaba con un trabajo en el que “al menos te pagan”.
Si estas son las máximas ante las que claudicar, nuestra sociedad está muerta.
No nos podemos conformar con frases hechas que congelan nuestras aspiraciones. En numerosas ocasiones he oído expresiones del tipo: “Pero por lo menos no pasamos hambre”. ¿Será el estómago vacío el pistoletazo de salida para cambiar nuestra mentalidad? ¿Y luego qué? Como hidalgos, recordando al Lazarillo de Tormes, esparciremos unas migas de nuestras ropas para mostrar al vecino lo bien que hemos comido y buscar la conformidad en la apariencia.
Lo sé, no puedo dar lecciones de moralidad puesto que he abandonado el barco en plena tempestad. Y aunque aún voy a la deriva en el océano, no me conformaba con la palabrería fácil y la continua inestabilidad profesional española.—
Denise León Pérez.
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